domingo, 31 de enero de 2016

Acampando en vacaciones, parte I: qué llevar

  Estoy aterrada y emocionada. Con el novio nos vamos into the wild a las Torres del Paine. Yo no acampo desde los 3 años, así que en realidad esta es como mi primera experiencia. Estoy tan nerviosa que llevo casi un mes planeando minuciosamente los detalles, incluso mi mochila ya está casi lista. 
   Como esta es mi primera vez, quiero estar muy bien preparada, así que fui comprando y juntando varias cosas que creo son indispensables para irse de camping, ya sea al extremo sur de Chile o en la zona centro. 

  Esta lista es sobre las cosas que yo considero necesarias para acampar, si alguien es capaz de salir sin todo esto, tiene mi respeto.

   Primero lo primero: La mochila. Esto es sumamente importante si el plan es caminar con ella al hombro, diferente es si se llega directo al lugar donde se acampará, en ese caso el bolso es más simple de escoger, y un problema menos. Cuando caminar y caminar y caminar y caminar y caminar es el panorama principal, la mochila debe ser compañera indispensable y amable. Es importante investigar y conocer muy bien la mochila, saber ponérsela y acomodarla al propio cuerpo. Por esto mismo es bueno juntar dinero e invertir en una mochila en la que se pueda confiar.
Yo tengo una mochila Doite de 50 lts. El modelo es Annapurna, y es especial para mujeres, ya que la espalda es más curva, adaptándose mejor al cuerpo. 50 está bien para mí, ya que es grande, pero no excesivamente, así que no parezco una tortuga con ella. 


  Dicen que los accesorios hacen la diferencia, y en el caso de acampar es totalmente cierto. Mantener los pies y manos calientes ayuda enoooormemente a mantener el calor del cuerpo. Y un cintillo puede hacer la diferencia entre caminar en un día de viento con el pelo en la cara y caminar con la cara despejada y viendo todo. 
Yo voy a un lugar muy frío, así que mis accesorios están inclinados a ese clima, sin embargo creo que aunque el plan sea llegar a un lugar cálido, igual es necesario llevar algo abrigadito, ¡nunca se sabe!

+ Unos guantes muy abrigados, que además repelen el agua. No son impermeables, porque esos son muy caros y escapan MUUCHO de mi presupuesto. Estos son bastante más baratos ($8.000 aprox en tienda www.gangas.cl), y son de un material que no se humedece tan facilmente como lo haría la lana, por ejemplo. Tendré que ponerlos a prueba y ver que tan buenos/malos son.
+ Llevo una bandana, que me encanta porque es muy útil, ya que se puede usar de cuello, cintillo, colet, gorro, y de muchas otras formas. Son muy delgadas así que se secan rápido, y protejen muy bien del viento. 
+ Calcetines de lana. No hay nada peor que tener los pies congelados. La necesidad de los calcetines de lana se explica por sí misma.
+ Gorro de lana ¡hecho por mí!
Cuello de lana, que es más útil que una bufanda, ya que esta se puede enganchar o caer, en cambio el cuello cubre bien, proteje del frío y es cómodo y fácil de llevar ¡mucho más fácil que una graan bufanda!
+ Orejeras. Yo suelo enfermarme fácil con el frío, y lo primero que muere es mi garganta y oídos. Las orejeras son infaltables para mí. Porque mantienen las orejitas muy tibias y son la medida exacta entre el viento y el frío. Cuando solo hay viento y no frío, para mí es molesto usar gorro. Así que las orejeras bienvenidas sean.
+ Toalla de micro fibra. Cuando se viaja con mochila, es realmente incómodo llevar cosas húmedas, ya que estas huelen mal y humedecen la demás ropa.Así que una toalla de microfibra es súper importante, porque se secan muy muy rápido y son pequeñas, así que ocupan poco espacio. La mía la compre en www.sparta.cl y me costó casi $7000.
+ Lentes de sol. Nada más incómodo que tratar de caminar con el sol frente a la cara.


  Las cosas que NO pueden faltar. Cuando nos vamos de vacaciones hay un montón de cosas que sí o sí deben estar en nuestras mochilas, como los remedios que usamos habitualmente. Los artículos personales son las cosas a las que nunca les prestamos tanta atención, pero si nos llegan a faltar es un caos! Yo llevo:
+ shampoo. No llevo uno en especial, solo que sea un evase pequeño y cómodo para traerlo en la mochila. 
+ shampoo en seco. Esto para mí es muy importante, porque no sé si siempre tendré acceso a una ducha de agua caliente (ni sé si siempre podré tener acceso a una ducha aunque sea de agua helada!), y tener el pelo mojado es el primer paso para resfriarse, ¡nada peor que resfriarse en vacaciones! Así que compré este shampoo de la marca "Not yours mothers", en su versión pequeña. Me costó poco más de 4 mil pesos, en The Republic of Beauty.
+ Crema humectante de manos y pies. El plan es caminar y el clima es frío. Hay que cuidarse lo más posible de las resequedades. La mía la compré en The Republic of Beauty, me costó casi 4 mil pesos.
+ Bloqueador solar, marca Nivea, me costó al rededor de 3 mil pesos. Me gusta harto, porque es pequeño y su textura es ligera, no deja la cara grasa.
+ Pulseras anti zancudos. Estoy casi segura de que estoy en la base de la piramide alimenticia de los zancudos, así que para mí es muy importante cuidarme de ellos. Estas pulceras las compré en Easy (www.easy.cl), y costaron 4 mil pesos ambas. 
+ Jabón gel, para limpiarse las manos o alguna herida en caso de no disponer de agua.
+ Desodorante, este que llevo no me gusta mucho, es marca Adidas y el olor me parece un poco fuerte, sin embargo es el único desodorante que he encontrado, que no sea a la vez un antitranspirante (evito usar estos últimos). Lo compré en el supermercado Jumbo, y me costó algo así como 2 mil pesos. 
+ Cepillo de dientes + cajita. Antes tenía un cepillo de viaje, de esos que se doblan, pero son un poco caros, y como hay que cambiarlos seguido, decidí que era mejor comprar una cajita y un cepillo normal para gastar menos al cambiarlo.La cajita la compré en la farmacia Cruz Verde y me costó 800 pesos. 
+ Toallitas, o en mi caso, copita menstrual.
+ BOTIQUÍN. Súpermegahiperduper importante. El que llevo contiene:
 *antigripales
 *una lima
 *cortauñas 
 *espejo
 *parches curitas impermeables y normales
 *gasa
 *tela adhesiva
 *paracetamol
 *ibuprofeno
 *toallitas humedas
 *antidiarreico
 *crema cicatrizante
 *protector de labios
                                               

Último, pero no menos importante, las cosas que hacen que el camping sea posible:
+ Una cocinilla pequeña para poder transportarla fácilmente
+ Un set de ollas y platos del tamaño que necesitemos. Con el novio compramos una en Doite (www.doite.cl), que incluye una olla grande, un sartén, una tetera, dos platos, dos tazas, una tabla para picar y una espátula. Nos costó entre $25.000 y $30.000. Fue la mejor y más barata que encontramos. Vimos otras más baratas, pero en realidad parecían de juguete.
+ Cuchara, cuchillo, tenedor. Nosotros compramos uno 4 en 1 (incluye abre latas), también en doite, nos costaron casi 3 mil pesos c/u. 
+ Set de costura. Por si acaso siempre es bueno tener a manos hilo y aguja. Nunca falta una rama mal intencionada que se engancha en una polera.
+ Linterna que no use pilas. Las pilas se gastan y es una flojera andar trayendo miles. Lo mejor es llevar una con dínamo.
+ Navaja de bolsillo, tiene un montón de herramientas que nunca se sabe cuando se necesitarán. Además son extremadamente portables.
+ Bolsas de basura, porque lo que llega con nosotros, con nosotros debe irse. 
+ Cargador solar/dínamo, en estos tiempos de cámaras digitales, es importante llevar algo que permita mantenerlas encendidas cuandose sabe que veras bellos paisajes y no contarás con luz eléctrica.
+ Saco de dormir
+ Aislante de piso, para evitar dormir sobre el frío
+ Almohada pequeña y liviana, que sea fácil de transportar. A nadie le gusta dormir con la cabeza sobre piedras.
+ Bastones de trekking para hacer la caminata más liviana
+ Carpa, la cual debe adaptarse bien al lugar donde se acampará, pues si la lluvia viene, la carpa debe resistirla, y si viene el viento, es muy importante que la carpa sea capaz de quedarse quieta y no salir volando o desarmarse. Es importante también ensayar armándola, ya que en condiciones de lluvia o viento, es más simple si ya se sabe bien qué hacer.

        
      


Ya estamos casi casi listos para tener todo listo. En la próxima entrada hablaremos del tan terrible momento de hacer-el-bolso. Porque qué llevar importa, e importa mucho, cuando tienes que cargar la mochila durante días.

Dominguito en Santo Domingo

  Arena y sol, el mar azul... NO. Lamentablemente para mí, mi última vez en la playa tuvo poco de lo que menciona la pegajosa cancioncita. Solo tenía una cosa en mente: terminar la tesis. Y sabe el cielo cuanto me costó, porque yo me distraigo súper fácilmente. Puedo estar inspiradísima escribiendo o leyendo, y sin darme cuenta me pongo a pensar en cualquier cosa, o a mirar por la ventana o el techo, y si veo un bichito o una flor bonita, se va todo mi estudio a la basura y salgo corriendo a tomar fotos. Tuve que luchar fuertemente contra mis instintos naturales, pero valió la pena perderse disfrutar tranquilamente navidad, año nuevo y GRAN parte de mi verano: la tesis estuvo entregada a tiempo. 

  Con mi novio nos fuimos a enclaustrar casi un mes a Santo Domingo, cerquita de Santiago, al lado de Llolleo. Terminar la tesis era lo único en mente, y eso modificó nuestros hábitos alimenticios y de sueño, generalmente dormíamos a la hora que podíamos y comíamos cuando había tiempo. Pero llevar esa vida de encierro nos volvía locos, sobre todo cuando veíamos al frente a la gente en la playa comiendo helado (lo cual para mí era como un puñal en el corazón... ¡yo también quería helado!). A veces para poder descansar un poco nos íbamos a leer en la madrugada a la playa, o nos obligábamos a caminar un poco por la costanera. 

  La lección que aprendí es distribuir bien mi tiempo o terminaré por volverme loca de cansancio. ¡Aída, para de dejar todo para última hora!

  Entre nuestros esporádicos y culpables paseítos, solíamos ir a un lugarcillo muy cerquita de la casa. Dominguito es un pequeño lugar ubicado entre la playa norte y sur, frente al mar. Tiene una vista muy bonita y el lugar también es bonito a primera vista, pero si se mira más de cerca, está un poco desordenado, e incluso los muebles parecen algo descuidados. Es un lugar de paso y no more. Yo no lo consideraría un lugar para ir a comer comer, si no más bien para sacarse los antojos de papas fritas y pastelitos. Es estilo cafetería, pero también tiene un bar y un puesto de helados del Emporio la Rosa. La comida en general sabe bien y las personas que atienden son muy amorosas y atentas. Pero a mi pesar (en realidad quería que este lugar me gustara), me llevé más sinsabores que otra cosa. De todas formas debo advertir que yo soy muy fijona y por eso mismo quizás hay cosas que diré que en realidad a otras personas podrían no molestar. 
1. La primera vez que fui pedí un té y un pastelito. Me trajeron una caja de té que estaba casi vacía y tenía poca variedad. Además el té no era muy barato que digamos y adentro de la caja venía principalmente té supremo y poco de otras marcas, nada especial.
2. Al pedir la cuenta nos pidieron esperar un poco pues la caja estaba llena. Eso no me molestó, porque se entiende que un lugar se llene en la hora del hambre de la tarde. Peeero, están haciendo una ampliación... Si colapsan con las mesas que tienen, deberían resolver eso antes de agrandarse.
3. Un día pasamos como a las 20:30 y preguntamos hasta qué hora estaría abierto, y el mesero me dijo que cerraban "entre las 9 y las 10". ¡Es toda una hora! Deberían tener más claro eso. En verano anda MUCHA gente, ¡Y si alguien va hoy a las 10 y está abierto, y luego va mañana a las 10 y está cerrado! Acepto de todas maneras que esto me molesta principalmente porque soy un poco maniática, pero de todas formas creo que un lugar establecido y que recibe constantemente gente, debería tener estos "detalles" más claros. 
4. Una de las veces que fui, pedí un rico pancito que traía queso, pimientos rojos, tomate y rúcula. Yo lo pedí sin tomate, ¡Odio el tomate! Cuando me lo trajeron venía sin rúcula, y el de mi novio también. Llamé a la mesera y se los llevó, al rato los trajo con rúcula. Esto tampoco es tan terrible, pero es porque yo andaba con tiempo (dentro de mis estrés de la tesis) y soy amorosa (JÁ!), pero podría haberles tocado alguien pesado que hiciera que todo el mundo pasara un mal momento. 

  Con todo lo que he dicho, pareciera que odiara el Dominguito, ¡Pero no es así! En realidad me gusta, pero hay muchas cosas que les quedan por resolver, y que deben resolver. Aún así volvería. 

Pancito con rúcula, pimientos rojos y queso

  Ahh, casi olvido mencionar que un día me puse a darle un poco de mi comida a un perrito triste que había afuera y que buscaba desesperadamente comida. El perro entró a la terraza del lugar y se puso a dormir ahí, y yo creía que me iban a retar jaja, así que cuando me fui lo llamé para que se fuera conmigo y buscar algo que darle en la casa. Pero el perro decidió quedarse ahí, y alguien que estaba cerca (el dueño?) me dijo que no me preocupara ya que el le daría algo para comer. Al día siguiente le compré comida en el supermercado, pero no podía encontrarlo de nuevo, y unos día después vi al perrito feliz durmiendo en la entrada del Dominguito, imagino que encontró una fuente de comida estable. Me alegré mucho de que no lo echaran y fueran amables con él

Dónde: En Santo Domingo (cerca de Llolleo y San Antonio). Frente a la playa, a la altura del 200.

Precio: No es muy barato. Por persona si se come un sandwich, se gasta aprox. $6000 peso, mas algo para tomar y blabla.

página: www.eldominguito.cl




lunes, 9 de noviembre de 2015

Helado in Plaza Ñuñoa

   Hoy fue un día en el que el verano se resistió a serlo. Hizo frío de esos que hacen tiritar, pero con el novio igual queríamos comer helado (y después ando preguntándome "ay, porque me resfrío siempre").

  Haceee mucho tiempo queríamos ir probar la heladería Filippo, y pese a que estudiamos a unas cuantas cuadras de Plaza Ñuñoa, nunca íbamos y los antojos de helado los matábamos siempre en Bravissimo, porque hay uno en el Portal Ñuñoa, al lado, pegadísimo a la U. O bien íbamos a alguno de los miles Emporio la Rosa, donde siempre pido mi favorito frambuesamenta (corazones y amor para frambuesa menta).

  Mientras hacíamos hora para ir a comer a un lugarcillo del que pronto escribiré (llegamos muy temprano y no había hambre de comida aún), decidimos probar la famosa Filippo de la que tanto habíamos oído hablar (no había hambre de comida, pero si de helado... siempre hay hambre de helado). En Plaza Ñuñoa hay dos locales de Filippo, y están separados por una cafetería (creo que eso era). En el primero había helado de mote con huesillo, yo lo quería probar, pero ¡se me olvidó! y fuimos a comprar al segundo local, donde no había mote con huesillo pero si varios otros sabores tentadores. 

 Probé dos helados de cheesecake, uno de maracuya y otro de frambuesa , ¡Ambos muy ricos! y para mi sorpresa y la del universo, más conocido como mi noviecín, pedí de maracuya. Yo en helado me voy por los tonos colorados; frutillas y frambuesas son normalmente mis opciones seguras en cualquier lugar. Pero hoy me sentía aventurera, después de todo hoy me había cortado el pelo cortísimo, como jamás lo había tenido, así que un nuevo cambio no me mataría jaja. 

  Yo pedí un cheesecake maracuya y el novio pidió leche asada. El cheese, como podrán imaginar, tiene una consistencia mucho más cremosa que el maracuya normal, y es también menos ácido. Por su parte el helado de leche asada tiene un sabor muy fiel a la leche asada real, ricorico. Ah! y los conos merecen su mención especial, porque hace mucho tiempo no probaba un cono que me gustaragustara, no es que los otros conos de otras heladerías me parezcan derechamente malos, pero los de esta en particular tenían un sabor muy rico, me gustaron muchísimo.

  ¡Así que, con sol o lluvia, frío o calor, a comer helado se ha dicho!




Dónde: ¡En Plaza Ñuñoa! Pero en la página dan varias otras direcciones de sucursales, incluso hay una en el mall plaza Egaña. Yo fui a Irarrázabal 3502. Está casi llegando a la esquina de Irarrázabal con Jorge Washington. Como conté, en Plaza Ñuñoa hay dos locales, están prácticamente uno al lado del otro, pero hay diferencias pequeñitas, por ejemplo, uno de los locales tiene solo asientos fuera, pero el otro tiene también dentro, porque un día de viento o lluvia, es mejor ese. También varían los sabores, así que hay que revisar bien en donde está el helado que quieres. Yo recomiendo el cheesecake maracuya y también el helado de arroz con leche, que probé antes de pedir y me pareció rico, aunque demasiado dulce y hostigante para mi gusto.

Precio: Un helado con un sabor cuesta aproximadamente $1300. El helado es grande, trae dos bolitas. Ahora, si alguien desea comer helado como si el mundo acabara mañana, el de dos sabores sube ya a $1900 si no me equivoco. 

Página: www.filippo.cl