domingo, 31 de enero de 2016

Dominguito en Santo Domingo

  Arena y sol, el mar azul... NO. Lamentablemente para mí, mi última vez en la playa tuvo poco de lo que menciona la pegajosa cancioncita. Solo tenía una cosa en mente: terminar la tesis. Y sabe el cielo cuanto me costó, porque yo me distraigo súper fácilmente. Puedo estar inspiradísima escribiendo o leyendo, y sin darme cuenta me pongo a pensar en cualquier cosa, o a mirar por la ventana o el techo, y si veo un bichito o una flor bonita, se va todo mi estudio a la basura y salgo corriendo a tomar fotos. Tuve que luchar fuertemente contra mis instintos naturales, pero valió la pena perderse disfrutar tranquilamente navidad, año nuevo y GRAN parte de mi verano: la tesis estuvo entregada a tiempo. 

  Con mi novio nos fuimos a enclaustrar casi un mes a Santo Domingo, cerquita de Santiago, al lado de Llolleo. Terminar la tesis era lo único en mente, y eso modificó nuestros hábitos alimenticios y de sueño, generalmente dormíamos a la hora que podíamos y comíamos cuando había tiempo. Pero llevar esa vida de encierro nos volvía locos, sobre todo cuando veíamos al frente a la gente en la playa comiendo helado (lo cual para mí era como un puñal en el corazón... ¡yo también quería helado!). A veces para poder descansar un poco nos íbamos a leer en la madrugada a la playa, o nos obligábamos a caminar un poco por la costanera. 

  La lección que aprendí es distribuir bien mi tiempo o terminaré por volverme loca de cansancio. ¡Aída, para de dejar todo para última hora!

  Entre nuestros esporádicos y culpables paseítos, solíamos ir a un lugarcillo muy cerquita de la casa. Dominguito es un pequeño lugar ubicado entre la playa norte y sur, frente al mar. Tiene una vista muy bonita y el lugar también es bonito a primera vista, pero si se mira más de cerca, está un poco desordenado, e incluso los muebles parecen algo descuidados. Es un lugar de paso y no more. Yo no lo consideraría un lugar para ir a comer comer, si no más bien para sacarse los antojos de papas fritas y pastelitos. Es estilo cafetería, pero también tiene un bar y un puesto de helados del Emporio la Rosa. La comida en general sabe bien y las personas que atienden son muy amorosas y atentas. Pero a mi pesar (en realidad quería que este lugar me gustara), me llevé más sinsabores que otra cosa. De todas formas debo advertir que yo soy muy fijona y por eso mismo quizás hay cosas que diré que en realidad a otras personas podrían no molestar. 
1. La primera vez que fui pedí un té y un pastelito. Me trajeron una caja de té que estaba casi vacía y tenía poca variedad. Además el té no era muy barato que digamos y adentro de la caja venía principalmente té supremo y poco de otras marcas, nada especial.
2. Al pedir la cuenta nos pidieron esperar un poco pues la caja estaba llena. Eso no me molestó, porque se entiende que un lugar se llene en la hora del hambre de la tarde. Peeero, están haciendo una ampliación... Si colapsan con las mesas que tienen, deberían resolver eso antes de agrandarse.
3. Un día pasamos como a las 20:30 y preguntamos hasta qué hora estaría abierto, y el mesero me dijo que cerraban "entre las 9 y las 10". ¡Es toda una hora! Deberían tener más claro eso. En verano anda MUCHA gente, ¡Y si alguien va hoy a las 10 y está abierto, y luego va mañana a las 10 y está cerrado! Acepto de todas maneras que esto me molesta principalmente porque soy un poco maniática, pero de todas formas creo que un lugar establecido y que recibe constantemente gente, debería tener estos "detalles" más claros. 
4. Una de las veces que fui, pedí un rico pancito que traía queso, pimientos rojos, tomate y rúcula. Yo lo pedí sin tomate, ¡Odio el tomate! Cuando me lo trajeron venía sin rúcula, y el de mi novio también. Llamé a la mesera y se los llevó, al rato los trajo con rúcula. Esto tampoco es tan terrible, pero es porque yo andaba con tiempo (dentro de mis estrés de la tesis) y soy amorosa (JÁ!), pero podría haberles tocado alguien pesado que hiciera que todo el mundo pasara un mal momento. 

  Con todo lo que he dicho, pareciera que odiara el Dominguito, ¡Pero no es así! En realidad me gusta, pero hay muchas cosas que les quedan por resolver, y que deben resolver. Aún así volvería. 

Pancito con rúcula, pimientos rojos y queso

  Ahh, casi olvido mencionar que un día me puse a darle un poco de mi comida a un perrito triste que había afuera y que buscaba desesperadamente comida. El perro entró a la terraza del lugar y se puso a dormir ahí, y yo creía que me iban a retar jaja, así que cuando me fui lo llamé para que se fuera conmigo y buscar algo que darle en la casa. Pero el perro decidió quedarse ahí, y alguien que estaba cerca (el dueño?) me dijo que no me preocupara ya que el le daría algo para comer. Al día siguiente le compré comida en el supermercado, pero no podía encontrarlo de nuevo, y unos día después vi al perrito feliz durmiendo en la entrada del Dominguito, imagino que encontró una fuente de comida estable. Me alegré mucho de que no lo echaran y fueran amables con él

Dónde: En Santo Domingo (cerca de Llolleo y San Antonio). Frente a la playa, a la altura del 200.

Precio: No es muy barato. Por persona si se come un sandwich, se gasta aprox. $6000 peso, mas algo para tomar y blabla.

página: www.eldominguito.cl




2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo, pero el punto tres le poní más color!!

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  2. Hola! Yo he ido un par de veces y me gusta en general, el café helado es rico y lo que yo he comido ha estado bien. Pero tiene unos detalles. Es cierto que colapsan muy rápido, el lugar se llena y ya se empiezan a demorar sobtetodo en traer la cuenta. En los muebles descuidados no me di cuenta, pero sí tienen unas sillas como de gamuza o algo así que se ensucian mucho, aunque son bonitas creo que no encajan en un café donde se mancha todo y no son de fácil limpieza. Pero creo que son detalles que se pueden ir arreglando sobretodo con los comentarios de los clientes :) Saludos!

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